En sólo 21 países hay Jefas de Estado o de Gobierno, y 119 países nunca han sido presididos por mujeres [1]. Al ritmo actual, la paridad en las más altas esferas de decisión no se logrará por otros 130 años [2].
Sólo 10 países están presididos por una Jefa de Estado, y 13 países tienen Jefas de Gobierno [3].
Sólo el 21 por ciento de quienes ocuparon ministerios fueron mujeres, y apenas en 14 países los gabinetes de Gobierno han alcanzado el 50 por ciento o más en la representación de las mujeres [4]. Con un aumento anual de apenas el 0,52 por ciento, no se alcanzará la paridad de género en los cargos a nivel ministerial antes de 2077 [5].
Las cinco carteras ministeriales más comúnmente ocupadas por mujeres son las siguientes: Familia/Niñez/Juventud/Adultos Mayores/Discapacidad, seguidas por Asuntos Sociales; Medio Ambiente/Recursos Naturales/Energía; Empleo/Trabajo/Formación Vocacional, y Asuntos de la Mujer/Igualdad de Género [6].
Únicamente el 25 por ciento de los escaños parlamentarios nacionales están ocupados por mujeres, porcentaje que aumentó desde el 11 por ciento registrado en 1995 [7].
Apenas cuatro países cuentan con el 50 por ciento de representación de mujeres en las cámaras bajas o únicas de los parlamentos. Rwanda, con el 61 por ciento; Cuba, con el 53 por ciento; Bolivia, con el 53 por ciento; y los Emiratos Árabes Unidos, con el 50 por ciento [8]. Otros 19 países han alcanzado o superado el 40 por ciento, entre ellos, nueve países europeos, cinco de la región de América Latina y el Caribe, cuatro africanos y uno en el área del Pacífico [9].
Más de dos tercios de dichos países han implementado cuotas de género —ya sean cuotas legisladas de postulantes o cargos reservados—, lo que generó el espacio para la participación política de las mujeres en los parlamentos nacionales [10].
En todo el mundo, existen 27 Estados en los que las mujeres ocupan menos del 10 por ciento de los escaños parlamentarios disponibles en las cámaras bajas o únicas, entre ellos, cuatro países sin ninguna mujer en sus cámaras bajas/únicas [11].
Con el nivel de avance actual, la paridad de género en los cuerpos legislativos nacionales no se logrará antes de 2063 [12].
En América Latina y el Caribe, Europa y América del Norte, las mujeres ocupan más del 30 por ciento de los escaños parlamentarios. En África del Norte, Asia Occidental y Oceanía, las mujeres representan menos del 17 por ciento de los escaños parlamentarios. Los Estados insulares del Pacífico registran la representación más baja de las mujeres: ellas ocupan sólo el 6 por ciento de los cargos, y tres países no tienen mujeres en sus parlamentos [13].
Los datos sobre 133 países muestran que las mujeres constituyen 2,18 millones (36 por ciento) de las y los miembros de los cuerpos deliberativos locales. Sólo dos países han alcanzado el 50 por ciento, y en otros 18 países, más del 40 por ciento del funcionariado local son mujeres [14].
Desde enero de 2020, también se registran variaciones regionales en lo que respecta a la representación de las mujeres en los cuerpos deliberativos locales: Asia Central y Meridional, 41 por ciento; Europa y América del Norte, 35 por ciento; Oceanía, 32 por ciento; África Subsahariana, 29 por ciento, Asia Oriental y Sudeste Asiático, 25 por ciento; América Latina y el Caribe, 25 por ciento; Asia Occidental y África del Norte, 18 por ciento [15].
La meta común adoptada internacionalmente en la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing [16] es lograr la participación política y distribución equilibrada del poder entre hombres y mujeres en la toma de decisiones. La mayoría de los países del mundo no ha logrado el equilibrio de género, y son pocos los que han establecido o cumplido metas ambiciosas respecto de la paridad entre los sexos (50-50).
Existen pruebas firmes y cada vez más numerosas de que la presencia de mujeres líderes en los procesos de toma de decisiones políticas mejora dichos procesos [17]. Por ejemplo, una investigación sobre los panchayats (consejos locales) de la India puso de relieve que el número de proyectos de abastecimiento de agua potable en zonas donde dichos consejos están liderados por mujeres era un 62 por ciento mayor que en el caso de aquellas cuyos consejos están liderados por hombres. En Noruega se encontró una relación de causalidad directa entre la presencia de mujeres en los consejos municipales y la cobertura de la atención infantil [18].