La asimetría en la distribución de las tareas del hogar, asociadas culturalmente a las mujeres, es una de las causas fundamentales de las desigualdades que enfrentan en el mercado laboral. Por eso, comprender que existe un trabajo invisible que necesita ser integrado a la mirada económica permitirá ver de forma integral cuáles son las dimensiones de la desigualdad de género.
Esto no es algo que ocurre aisladamente, sino que se repite a nivel mundial. ¿Por qué? Porque se asume que estas tareas son de mujer y se realizan por amor. A esto el feminismo responde: «Eso que llaman amor, es trabajo no remunerado».
Como reflejo del estereotipo de la feminización del cuidado, en el ámbito del trabajo de cuidados remunerados, las mujeres también están sobrerrepresentadas en estos empleos caracterizados en general por una baja remuneración y condiciones laborales precarias.
Para conocer un poco sobre esta realidad aquí en Bolivia, hablé con Karla, una estudiante de Ciencias de la Educación. “Me han ofrecido un buen trabajo en el Beni y no he podido ir porque mi hijo al principio lloraba cada mañana que me tenía que ir a estudiar”, lamenta.
Luego comenta algo que parece más bien una reivindicación: “no creo que siempre tengas que estar cuidando tú. Si lo obligan al padre a pagar la mitad de la manutención, ¿por qué nos obligan a nosotras a asumir el 100% del cuidado?”.
El tiempo dedicado al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado constituye casi la mitad del tiempo total de trabajo, resultando fundamental para el sostenimiento del sistema en su conjunto, dado que todas las personas, en algún momento de sus vidas, necesitan de cuidados.
Estos cuidados son la base de toda la estructura, sin ellos el resto de las actividades no pueden funcionar.
En ausencia de prácticas de corresponsabilidad, se mantiene la brecha en el tiempo que mujeres y varones dedican al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado. De hecho, en la región, las mujeres todavía dedican más del triple de tiempo al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado que los hombres.
Ya de hecho… teníamos grandes problemas, en cuanto al empleo, en cuanto a brindar como país, cómo estado un empleo adecuado, un empleo de calidad a la población por qué esa es una demanda que desde hace mucho tiempo se viene planteando. Sin embargo como país y como estado, no hemos tenido la capacidad y sobre todo la decisión política de poder brindar este tipo de empleos en el país, ya arrastrábamos ese tipo de problemas señalo un dato más para poder compartir con la audiencia, 92 de cada 100 bolivianos en el ámbito urbano tenía un empleo precario, de esta cantidad el 56 % tenía empleos precarios extremos vale decir los peores empleos, ya teníamos esta situación y estos empleos precarios, pobres extremos sobre todo los teníamos en el llamado sector informal.
Estamos hablando justamente y lo vuelvo a reiterar en el comercio ambulante minorista en aquellos pequeños establecimientos económicos, hablamos de pequeñas unidades económicas productivas en fin, en el caso de El Alto esto es impresionante por qué estamos hablando que en el caso de las mujeres por ejemplo 87 de cada 100 mujeres en El alto estaban trabajando en este sector y ese sector casi por definición desprotegido, sin derechos estas trabajadoras no cuenta con un seguro de salud, no van a tener a futuro una pensión de jubilación que lo proteja ante cualquier enfermedad o accidente no tienen ningún tipo de protección mucho menos ahora… que como consecuencia del COVID 19, pueden estar sujetas a cualquier tipo de complicación en su salud, no tienen derechos, estos empleos con seguridad como habíamos también mencionado se van a empeorar éste es el panorama lamentablemente oscuro que se pinta a futuro en ese sentido.
Un primer planteamiento aunque parezca demasiado general tiene que ver en pensar en una política nacional de empleó, una política nacional que tenga como objetivo el crear empleos de calidad así se ha paulatinamente, si sabemos que esto no va a ser de la noche a la mañana, necesitamos también en ese marco políticas activas que vincule en todo lo que tiene que ver la formación, la capacitación, pero sobre todo la inserción de personas a fuentes de empleo especialmente de jóvenes que son los más afectados por el desempleo. Los que tienen una formación educativa un desempleo ilustrado alto que tenemos en el país que y también inserte más especialmente decíamos a las mujeres, a los más pobres, a los más jóvenes, en este caso. Pero para que esta política nacional de empleo funcione tenga efecto positivo en la generación de empleos de calidad necesitamos cambiar la economía.
Si mantenemos esto puede también parecer general, pero muy importante, si mantenemos el actual modelo extra activista, este modelo incesante y la extracción de recursos naturales en la exportación de recursos naturales con un bajísimo grado de industrialización y exportamos minerales, apenas 5% de industrialización 95% sale como mineral, que no permite en este caso …exportar productos con valor agregado y lo mismo en el caso de lo que significa el gas, pese a que se han planteado algunos proyectos de industrialización que por ejemplo el caso de urea y amoníaco ha tenido muy bajo impacto de lo que significa. Entonces necesitamos cambiar la economía del país apuntar hacia mayor industrialización de los recursos naturales como ha sido ya una demanda antigua El Alto ha sido artífice para demandar a esta industrialización de los recursos naturales del gas particularmente, necesitamos avanzar en proyectos de desarrollo productivo apuntar más a la producción. Apuntar más a la producción de alimentos, justamente como otro potencial que requerimos promover en el país. Estos cambios si o si tienen que darse tienen que apuntarse a la mejora de la producción agropecuaria fundamentalmente en el altiplano y los valles donde estos años ha tenido una disminución ostensible, casi una crisis de lo que significa la producción de alimentos en fin entonces… son varios planteamientos que hacen al cambio de la economía que si o si tienen que darse como para poder asegurar generación de empleos dar más oportunidades a los pequeños productores, dar más oportunidades a los llamados hoy microempresarios, a la gente si es que va a ver algún emprendimiento de por medio pero condiciones de protección.
No podemos como hasta ahora ocurre dejar a la gente a su suerte en la calle en un pequeño establecimiento, necesitamos que el estado impulse políticas que apoyen a toda esta cantidad de gente que está aportando con producción, con servicios en la actividad comercial, pero sobre todo está aportando creando empleos.
Las medidas que se han aprobado, partamos de estas medidas que tienen que ver con los bonos: el bono familia, el bono canasta familiar y ahora el bono universal son medidas paliativas coyunturales, hay que recordar que se pagan por una sola vez. No tiene el carácter de la renta dignidad por ejemplo que se paga mensualmente así sea un monto bajo, pero si permiten contar por lo menos con algo de recursos a la gente, en este caso los adultos mayores. En el caso de haber lanzado dos medidas que tienen que ver con tres hasta ahora con El Plan de Empleo referido a financiar los salarios de los trabajadores por dos meses reitero solamente dos meses y el hecho de lanzar un plan de créditos para la micro la pequeña y mediana empresa, quizá eso sí tenga un poco más… digamos de perspectiva no solamente en corto sino en el mediano plazo en el sentido de que si pueden acceder a algunos recursos para poder recuperar toda esta falta de actividad en este tiempo y también proyectarse a futuro impulsando promoviendo un poco más actividad económica, a propósito de esta última medida es una medida que ya la conocíamos también en periodos anteriores se emitieron este tipo de proyectos, de programas de crédito para los micro y pequeños empresarios especialmente.
Pero el impacto que se ha tenido con esos proyectos no precisamente ha sido el esperado, si bien ha habido mayor número de gente que ha accedido a este tipo de crédito seguramente ha hecho alguna mejora en su establecimiento económico, pero hasta ahora ese impacto es menor. Porque cómo también los propios micro y pequeños empresarios, sobre todo los más pequeños, son los más afectados señalaron durante estos días a manera de denuncia de que no eran sujetos de crédito y este es un gran problema, si no son sujetos de crédito no van a poder acceder a estos programas y al final se reduce a aquellas pequeñas empresas quizá algunas ya registradas oficialmente formalmente o las medianas empresas que van a poder acceder a este tipo de créditos.
Entonces quizá ahí necesitamos avanzar mucho más en proyectos en políticas programas que vean a mediano plazo fundamentalmente y a largo plazo también, que no solamente créditos sino todo ese conjunto de recursos que tienen que ver con el asesoramiento, la asistencia en cuanto a mercados, en cuanto a asistencia tecnológica, en fin, son varios elementos que tienen que tomarse en cuenta no sólo son recursos económicos. Porque al final siempre se deja a merced de la gente cómo puede gestionar con esos recursos y tenemos lo que tenemos ahora mercados más feriales por ejemplo en El Alto, mercados más acortados a cierto tipo de productos, pero siempre en pequeña escala. Entonces por ese lado habría que pensar cómo proyectamos, como en perspectiva impulsamos la pequeña producción, los establecimientos económicos de este de este nivel tengan mayores posibilidades de recursos económicos, de mercado de capacitación y acceso a tecnologías en fin e impulsen procesos importantes en ese marco siempre reclamando esto… que apunten a generar empleos de calidad así sean los menos, pero si necesitamos apuntar a este gran objetivo.