Estos resultados podrían llevar a suponer que los municipios en Bolivia no saben elaborar PSG. Sin embargo, es necesario considerar que los resultados de este ranking se dieron en el contexto particular de la emergencia sanitaria. El estudio afirma que el descenso en los índices de IIEG en la gestión 2020 se puede explicar por dos grandes problemas: El primero es que para temas de género
se programó menos presupuesto del total (del 3% en 2019 a 2% en 2020). El segundo que, a su vez, este presupuesto disminuido
se ejecutó en menor proporción por los problemas ligados a la pandemia por COVID–19 (de 87% a 61%).
Empero, el ranking también afirma que la tendencia de programar menos presupuesto a temas de género se repite en gestiones pasadas: el presupuesto programado en IIEG siguió cayendo en 2020, registrando un valor del 22,5% menor al del año anterior. Esta caída fue similar a la registrada durante el 2019 (20,7%).
El estudio propone a los municipios tareas para mejorar la PSG, como campañas contra la violencia o créditos para mujeres emprendedoras. Si quieres conocer más recomendaciones, puedes revisar nuestra nota
"Cinco tareas pendientes para inversión con igualdad y equidad”.
Si bien la responsabilidad principal recae en los municipios, es también importante señalar que
existen mecanismos para que la sociedad civil organizada tenga una participación activa en las proyecciones presupuestarias de los municipios. Para ejercer plenamente nuestros derechos democráticos y velar por los intereses de la sociedad civil organizada, es que existe la “Planificación Participativa del Plan Operativo Anual”, es decir que todos los sectores de la sociedad pueden participar en la toma de decisiones en la elaboración del POA de cada municipio.
La sociedad civil puede ser parte de la elaboración del POA a través de las asambleas a las que convocan las distintas OTB, pero
la Planificación Participativa contempla también el desarrollo de cumbres y asambleas. Es importante la participación de todos los actores de la sociedad civil en la planificación de los municipios para cubrir de mejor manera las demandas reales de la población. Pero también para conocer de manera directa los problemas urgentes de sectores organizados, como el de las mujeres.
De la misma manera, no deja de ser un reto evitar, a través de los mecanismos de control social, que los presupuestos sigan disminuyendo año a año. Se debe considerar que el Presupuesto General del Estado asigna recursos según las ejecuciones del año anterior.
La falta de una ejecución eficaz del presupuesto en IIEG implica una menor asignación para el año siguiente.
Si bien es la obligación de los municipios garantizar que los presupuestos programados sean sensibles al género,
es responsabilidad de todos participar activamente para que nuestros municipios aprendan -y mejoren- la elaboración de presupuestos sensibles al género.