Mujeres en el sector informal, una historia sin fin

Observatorio de Justicia Fiscal desde las Mujeres
Navidad implicó —para las emprendedoras Elba Bautista e Indira López— una época de trabajo intensa, incluso, su mayor entrada económica del año. Es por eso que, sin importar el frío o la lluvia de este verano, Bautista acomodó sus gorros de papa Noel en el Prado cochabambino y López organizabó sus prendas, en su puesto del Mercadito Pop, en La Paz.

Ambas pertenecen al sector del comercio informal en Bolivia, sección que representa más del 70% del empleo que se genera en el país desde hace varios años. A nivel sudamericano, la economía boliviana es la que más se alimenta de la informalidad y las mujeres son, a su vez, las que más dependen de este tipo de trabajo, según explica la investigadora Milenka Figueroa Cárdenas.

Hace más de 15 años que Elba Bautista es parte de la feria navideña que toma El Prado de Cochabamba. Los visitantes que asisten a esta cita pueden subirse a trenes temáticos, tomar api, comprar juguetes y elegir entre los diferentes modelos de gorros que ella y su familia confeccionan especialmente para estas fechas.

"El año pasado estábamos ya con la pandemia, las personas estaban cansadas de estar en las casas y vinieron bastante a pasear. Este año (2021) la crisis económica se nota más. Las personas están comprando lo mínimo para subsistir”, comenta Bautista, quien es cabeza de familia.

El abandono de las autoridades ante esta situación le preocupa. Los ingresos que hace durante estas fechas le ayudan a mantenerse durante el resto del año, si bien tiene ventas importantes durante los meses de invierno.

“No pedimos que nos den trabajo, sino que nos ayuden con lugares para exponer lo que hacemos”, detalla la artesana.


Ayoli, es el nombre del emprendimiento que dirige Indira López, junto a Nicole Orellana. La marca paceña se especializa en ropa de invierno y prendas casuales. López tiene experiencia en confección y manufactura, mientras Orellana es especialista en marketing. “Busqué una socia joven para poder complementar mis conocimientos con los suyos. También me di cuenta que la falta de empleo es un problema muy grave y queremos contribuir generando empleo”, comenta López.

La plataforma Mercadito Pop fue una de las ferias a las que asistieron, lo que logró subir su nivel de ingresos. Participar tiene un costo, cada emprendimiento debe postular y esperar a ser aceptado por los organizadores. “En muchas ferias estatales competimos con productos chinos de baja calidad y bajo costo, lo que nos perjudica. En las iniciativas privadas —a pesar de que tienen un costo— se revisa que lo que presentamos sean productos nacionales de calidad, lo que posiciona nuestra marca”.

Para el 2021, casi el 85% el empleo que se genera en el país es informal, afirma Bruno Rojas, exinvestigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA). Los efectos de la pandemia por Covid-19 son el principal factor para este incremento. Si bien existen iniciativas estatales que generan empleo temporal, la falta de una política nacional de empleo, que tenga una visión integral, hace más difícil la formalización. Ambas artesanas coinciden en las dificultades que implica entrar al mercado formal, sin apoyo del Estado.

La competencia y la crisis económica actual hacen más complicada su situación y si bien las dos aún pueden mantener a flote sus emprendimientos, reconocen que no podrán transformar su condición en un futuro cercano. Ante tal situación se encuentra un alto porcentaje de bolivianas y bolivianos que han generado una dinámica económica de sobrevivencia familiar, en el ámbito del comercio informal y que, sin políticas estatales de generación de empleo digno, no se cambiará la situación precaria de muchas familias bolivianas.
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